AMANTES

AMANTES
(2002)

¡Oh, mujer!
¿Hay algo más eterno que tu cuerpo desnudo?
¿Qué más paradisíaco que la sinuosidad de tus contornos?

¡Oh, mujer!
No hay mejor paredón
que el cadalso de tu pelvis
para agonizar y morir.

¡Oh, mujer!
En el tránsito viajero al éxtasis del libido,
Inerme, despojado de ropas, de orgullo y de miedo,
cabalgo consciente al sacrificio.

¡Qué razón tiene Gonzalo Rojas
al cantar la desdicha de no amar trescientas a la vez!





¡Oh, mujer!
Mi verduga.
Conozco tu cuerpo y mi perdición;
pero sin embargo voy a ti,
temblando hacia el alcoholismo de tu presencia.

¡Qué importa el mañana
si la esperanza está hecha de nosotros!

¡Oh, mujer!
Muerte y resurrección.
Deja impregnarme de tu encuentro temporal,
amante, amiga, compañera,
y perdona mi infidelidad etérea
para inmolarnos en paz.